En un mundo lleno de distracciones digitales y rutinas aceleradas, la conexión con el momento presente a menudo parece escaparse. Sin embargo, hay un puente poderoso hacia esa conexión que a menudo pasamos por alto: el arte. La creatividad en sus múltiples formas ya sea pintura, música o danza, tiene la capacidad de anclar nuestra atención, calmar nuestra mente y devolvernos al aquí y ahora.
Este artículo explora cómo el arte puede ser un vehículo transformador para la práctica de la mindfulness (o “findfulness”, como algunos lo llaman), ofreciéndote herramientas para vivir más conscientemente y experimentar tu entorno de manera más plena.
¿Qué es el findfulness y su relación con el arte?
La palabra findfulness es una ligera variación de mindfulness, que enfatiza la idea de “encontrarte” a través de estar consciente en el presente. Esta práctica busca conectarse con la experiencia directa sin juicios ni distracciones. Ahora bien, ¿qué tiene que ver el arte?
El arte fomenta un estado de “flujo”, descrito por el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi como un momento en el que estás completamente absorto en una actividad. Pintar un lienzo, tocar una melodía en el piano o incluso mover el cuerpo al ritmo de la música nos desvía de las preocupaciones cotidianas y nos lleva a un estado de atención plena.
De esta forma, el arte no solo crea belleza externa, sino que también transforma nuestra experiencia interna.
Tres formas de usar la creatividad como canal para el presente
1. Pintura y dibujo: Observa y respira a través de los colores
Pintar o dibujar no es solo para artistas profesionales, es una práctica accesible para cualquiera. Cuando tomamos un pincel o lápiz, automáticamente dirigimos nuestra atención al contraste de los colores, al movimiento de nuestras manos y a los detalles que emergen en el lienzo.
¿Cómo empezar?
- Dedica 20-30 minutos al día para crear algo, sin preocuparte por el resultado final.
- Experimenta con acuarelas, lápices o pasteles mientras te permites disfrutar el proceso.
- Observa cómo cambian tus emociones al centrarte solo en cada trazo, dejando de lado juicios y expectativas.
Esto no solo te trae al presente, sino que los colores y formas pueden reflejar estados internos, ayudándote a explorarlos con mayor claridad.
2. La música como herramienta para la atención plena
La música tiene una conexión directa con nuestras emociones y estimula áreas cerebrales relacionadas con la memoria y la recompensa. Al tocar un instrumento o simplemente escuchar música conscientemente, puedes entrenar tu capacidad de mantenerte presente.
Practica la escucha activa:
- Elige una pieza que ames o una que nunca hayas escuchado antes.
- Cierra los ojos y enfócate en cada instrumento, cada cambio de ritmo o dinámica.
- Si estás tocando un instrumento, fíjate en cómo las vibraciones interactúan con tu cuerpo.
La música no solo es un refugio para la paz mental, sino también un canal para liberar tensión y reconectar contigo mismo.
3. Danza y movimiento libre para anclar el cuerpo en el ahora
Mover el cuerpo es una de las formas más inmediatas de “aterrizar” en el presente. La danza, en particular, estimula la mente y el cuerpo de una manera sincronizada.
No necesitas ser un bailarín profesional para experimentar los beneficios. De hecho, el movimiento libre —bailar sin reglas específicas— puede ser una de las actividades más liberadoras.
Durante la práctica:
- Pon música que te inspire y deja que tu cuerpo guíe los movimientos.
- Concéntrate en la sensación de tus pies contra el suelo o en cómo se estiran tus músculos.
- No te preocupes por cómo te ves; dirige tu atención a cómo te hace sentir.
La danza puede ser tanto meditativa como energizante, ayudándote a soltar tensiones acumuladas y conectar contigo mismo de manera profunda.
El impacto de la creatividad en la mente y el alma
Hay evidencias científicas que respaldan el poderoso efecto terapéutico de actividades creativas. Estudios de neurociencia han demostrado que el arte reduce los niveles de cortisol, la hormona relacionada con el estrés, y estimula la liberación de dopamina, una sustancia química que genera placer y motivación.
Además, cuando estamos completamente inmersos en una actividad creativa, el tiempo parece detenerse. Esto no solo genera calma mental, sino que también fomenta un sentido de logro y propósito.
A nivel emocional, el arte y la mindfulness tienen el poder de ayudarnos a procesar experiencias difíciles, descubriendo nuevas perspectivas e incluso sanando viejas heridas.
¿Cómo puedes incorporar el findfulness y el arte en tu Vida diaria?
- Crea un espacio dedicado: Establece un rincón en tu casa donde puedas pintar, tocar música o bailar sin interrupciones.
- Hazlo con regularidad: Practica tu actividad creativa preferida al menos tres veces por semana para cultivar el hábito.
- Únete a una comunidad: Busca talleres o clases locales donde puedas compartir tus prácticas artísticas con otros.
Reencuéntrate contigo mismo a través del arte
Sea cual sea la forma de creatividad que elijas, recuerda que no se trata de perfección, sino de presencia. El arte nos enseña a observar, interpretar y expresar, pero también a aceptar lo que surge en el proceso.
La próxima vez que agarres un pincel, escuches música o te dejes llevar por el ritmo, ¿por qué no convertirlo en una meditación activa? Solo necesitas dar el primer paso para desbloquear una nueva forma de vivir el presente.